lunes, 11 de noviembre de 2013

Lluvia de Invierno. Capitulo 6.

- Parece mentira las cosas que se guardan en solo 2 años.
- Si, verdad? Tampoco es que me llevara tantas cosas de la mansión.
- Con los libros que te compras al mes es normal que tengas las estanterias llenas jajaja - dijo riendo Layla.

La visita de Alice a la mansión Dawson le había recordado antiguas sensaciones y había decidido volver a vivir allí, así que puso el pequeño piso en venta.

- Alice ¿Piensas a llevartelo todo allí?
- No, los muebles los dejo, supongo que así será mas fácil de vender.
- ¿Quieres que me encargue yo del piso? Tengo una amiga que trabaja en una inmobiliaria, la conocí en aquel concurso de fotografía.
- Si, la recuerdo, Joanna Miller. Claro, me parece bien, quiero deshacerme rápido de el.
- Esta caja es de las cosas que se dejó Charles - dijo Layla señalando una caja de cartón - Mmm, por eso vendes el piso, te recuerda a él.
Layla no lo estaba preguntando, era una afirmación, conocía demasiado a su hermana.
Y tenia razón, cada vez que Alice entraba en el salón miraba inconscientemente la silla donde Charles se solía sentar.
Ahora, de vuelta a la mansión Dawson, no relacionaría objetos con él y sería más fácil olvidarlo.

Nunca había contado a nadie como se habían conocido. Fue amor a primera vista. Siempre recordaba aquel dia como uno de los mejores de su vida, aunque ahora ya no sabia si debía recordarlo asi.

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Alice había salido de la mansión con prisa, había quedado con el que le iba a vender el piso, un tal Hamill. Y llegaba tarde.
Nerviosa y apresurada tropezó con un chico rubio que estaba cerrando el maletero de su coche.
Se disculpó rápidamente por su torpeza y siguió caminando todo lo rápido que podía.
- Espera, espera ¿Puedo ayudarte? -Dijo el chico rubio unos metros detrás de Alice.
Sin saber como, Alice se encontraba subida al coche de aquel guapo desconocido. Su voz le parecia familiar. Ahora le veía de cerca, tenia los ojos azules, tenían un brillo especial y su sonrisa perfecta.
Sin conocerla de nada él se había ofrecido a llevarla donde Alice le iba indicando.
Cuando llegaron, Alice pensó que no le volvería a ver más, pero él interrumpió sus pensamientos diciendo algo que ninguno esperaba.
- Que casualidad, yo también tengo una cita en esta calle jaja, puedo saber tu nombre?
- Alice - respondió - Alice Dawson.
- ¿Dawson? Jajaja, vamos, creo que querrás ver el piso antes de comprarlo.

Así es, Charles Hamill era el dueño del piso.
Tuvieron una larga charla, y después de ver la casa, él la invitó a cenar a un restaurante cercano.

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Layla llamó a la inmobiliaria, habló con su amiga y esta acordó llamarla si había novedades respecto a la venta del piso.

La semana transcurrió con normalidad, Alice no había vuelto a ver a Charles en ningún sitio raro, y la verdad es que apenas había pensado en él.
Layla la llamó por la mañana para decirle que su amiga Joanna habia encontrado un posible comprador y le venia bien ver el piso esa tarde, pero que ella no podia ir, tenia que hacer unas fotos para una revista.

Alice aceptó ir, al fin y al cabo el piso era suyo, y era ella quien debía venderlo.

Comió, se vistió, se puso el abrigo negro, se peinó el pelo con los dedos como siempre hacia y lo echó todo para un lado.

Cuando llegó al piso, Joanna estaba esperandola en el soportal.
- Hola, buenas tardes, soy Alice Dawson.
- Lo se, eres igual a tu hermana - dijo Joanna con una sonrisa - el comprador tiene que estar al llegar.

Pocos segundos después, un coche aparcó ante ellas, se abrió la puerta y un chico moreno las saludó alegremente.
Llevaba gafas de sol, debía rondar los 25 años.
- Hola, me llamo Ben -dijo el chico con una melodiosa voz.
El corazón de Alice comenzó a latir más rápido. Ben se quitó las gafas de sol y la miró sonriente. De pronto, como si alguien hubiera borrado todas sus penas Alice esbozó una pequeña sonrisa y se ruborizó.

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